“No vamos a forzar a nuestros aliados a escoger entre Estados Unidos y China”, dijo hoy en Washington, Ned Price, vocero del Departamento de Estado.

Reporta: Carlos Armando Alas

(EN NEWS) —Esta reacción se da tras el anuncio de ayer domingo del presidente Nayib Bukele, quien en su cuenta de Twitter escribió, que El Salvador recibirá mañana 150 mil dosis adicionales a los dos millones de vacunas contra el coronavirus como donativo del presidente de China, Xi Jinping.

Desde el 2019, Bukele ha venido “coqueteando” con el gobierno del gigante chino, pese a que el acercamiento no fue avalado por Estados Unidos.

“No va a ser política de Estados Unidos forzar a nuestros aliados a escoger entre Estados Unidos y China. Ofrecemos una alianza que sea de beneficio mutuo y para los intereses de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental”, dijo Price.

En 2019, cuando Bukele viajó a China en una visita oficial, en la que anunció también el apoyo chino para ciertas obras, la reacción entre los funcionarios de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, fue también de rechazo, pues según dijo una fuente, Bukele le prometió a la Administración Trump alejarse de China.

Entre los políticos de Washington la desconfianza que generan los negocio o acuerdos con el gobierno chino es evidente. Incluso se bromea con la frase “China win win, es un triunfo doble para Peking”.

Mientras tanto, el vocero del Departamento de Estado, dijo que la Administración Biden está ya desarrollando alianzas con “aliados” para atacar las causas de la migración irregular, la corrupción, la impunidad y la falta de transparencia en El Salvador.

Al mismo tiempo señaló que Estados Unidos espera que Nayib Bukele muestre un compromiso para “preservar los estandares democráticos”.

“Esperamos que el presidente Bukele reinstaure una fuerte separación de poderes y que su gobierno demuestre un fuerte compromiso con la transparencia y responsabilidad por la gente de El Salvador”, expresó.

Puso énfasis que los líderes políticos se comprometan al respeto de la institucionalidad a medida que se trabaje de la mano entre los Gobierno y por supuesto con la sociedad civil en temas fundamentales como la libertad de expresión, la libertad de prensa y la protección a periodistas.