A 29 años de tu partida Mamá Concha
Por Aracely Olaizola
Periodista Institucional y Publirrelacionista
(EN NEWS) — El pasado 19 de julio 2021, se cumplieron 29 años de la partida a la Casa del Padre de nuestra Hna. Concepción Meléndez (mi mamá Concha), como cariñosamente le llamaba.
Las hermanas llegaron a nuestro pueblo de Chiltiupán a inicios del año 1972. Fecha que empezaron a trabajar arduamente por evangelizar y enseñar el rezo de Rosario que, en aquellos años, se le pagaba a una señora para que hiciera los novenarios.
Ella y sus compañeras (hnas. Vicky y Clarita) que fueron las tres hnas. Que conformaron la primera misión, realizaron grandes cambios para el pueblo y para la vida de personas adultas, jóvenes y niños.
A quienes les enseñaron cursos de costura, bordados, la doctrina o catequesis para la primera comunión, etc… la líder del grupo de religiosas fue ella, quien se propuso hacer la construcción del templo y reemplazar la pequeña Iglesita de lámina, que con ayudas del pueblo, amigos y paisanos que vivían en el extranjero, a quiénes ellas les enviaba cartas y les solicitaba la aportación económica para la noble causa. Recibiendo de ellos ese granito de arena. Mantuvo siempre una buena comunicación a la distancia.
Todos los proyectos y actividades que se proponía realizar, contaba con la ayuda de un grupo de feligreses, muy allegados a la Iglesia, que trabajaron hombro a hombro, hasta lograr las metas propuestas. Ella era una líder nata.
Su espíritu incansable de servicio, la llevó a visionar la adquisición de una urna para el Santo Entierro que, a través de ayudas y actividades de turnos, rifas, veladas, excursiones, lograron comprarla, la cual trajeron desde una famosa ebanistería de Cojutepeque. Así también se propuso la restauración de algunas imágenes muy antiguas con las que contaba la Iglesia y que necesitaban su retoque.
Su carisma de Don de Gente, lograba la empatía con todos y eso hacía que los fines de semana, el atrio de la Iglesia, se llenara de cipotes que después de recibir la doctrina, nos quedábamos jugando y ella, cuidándonos a todos y enseñándonos canciones de convivencia y juegos de grupales.
Que muchas de esas canciones aún resuenan en nuestros pensamientos como: “sal a la calle y regala una sonrisa porque el mundo precisa un poco más de amor”, “Santa Calina, pirulin, pirulin, pimpon, era hija de un rey, era hija de un rey”……”Esta mañana de paseo, con la gente me encontré, al lechero, al cartero y al policía saludé…” entre otras…
Otro de los recuerdos que tengo bien grabados es: cuando en la campaña presidencial del coronel Arturo Armando Molina, (que hoy a través de las noticias nos enteramos de su fallecimiento) llegó al pueblo, hacer su mitin, Mamá Concha valientemente pidió la palabra, subió a la tarima y le solicitó la donación de un vehículo para utilizarlo en el traslado de enfermos, y otras necesidades para el pueblo y sus cantones.
El Coronel Molina, le respondió que, si ganaba las elecciones, entregaría el vehículo. Promesa que cumplió al llegar a la Presidencia, y le entregó la Land Rover, que fue bautizada con el nombre de Hermenegilda. Porque en ese tiempo estaba en su apogeo la telenovela Mundo de Juguete, donde la Hna. Carmela, una de las protagonistas, tenía un vehículo antiguo de cuerda que le llamaba Hermenegilda.
También mi amiga Maritza Rodezno, me recuerda la anécdota de: aquel ataque de la guerrilla al pueblo, donde ya habían reclutado a la fuerza a un grupo de más de 70 jóvenes a quiénes se iban a llevar; con qué valentía fue la Mamá Cocha a pedirles que les devolvieran a todos esos jóvenes, alegando que eran el único apoyo de sus padres.
Con esa autoridad que solo Dios le daba, logró que el comandante guerrillero, no se llevara a ningún joven. Así era Mamá Concha, valiente, tenaz, aguerrida, dispuesta a ayudar en todo momento.
Son muchas las anécdotas e historias de Mamá Concha, que ha dejado un gran legado para el pueblo. Que creo que hoy por hoy, nadie podrá superar, su incansable entrega, su amor y perseverancia, la hicieron única y la identificaron como una verdadera y auténticas Hermana Dominica de la Anunciata.
Al recordar tu partida al cielo te damos las gracias Mamá Concha, por tu cercanía, entrega y sacrificio que le diste a tu Congregación y a tu amado Chiltiupán. Te extraño. Con el amor de siempre.