VISTIENDO CON ARTE ANCESTRAL

Efectivamente es maravilloso encontrarse en un lugar histórico como lo es el municipio de Chalchuapa en Santa Ana donde no hay uno, si no dos lugares que nos llevan en un viaje por el pasado.

Written by: Licda. Dacxilia S. Deras, Artista visual y escritora-colaboradora EN News

(EN NEWS) –Tuve la oportunidad de poder entablar una conversación vía online con una persona que considero vale la pena compartir sobre ella, pero antes los pondré en contexto. Hoy les hablare del colorante ancestral y único por su tonalidad usado por reyes de Mesoamérica antes de la conquista, el preciado Añil.

En efecto, ya se usaba este hermoso color azul para teñir la ropa de la comunidad, anteriores a la conquista de los españoles, pues encontramos pruebas fidedignas y evidencias arqueológicas prehispánicas que demuestran que los mayas ya utilizaban el añil para lograr hacer el famoso Azul Maya, pigmento que se atribuye a esa cultura por haberlo desarrollado desde el periodo preclásico tardío (1900 a. C. hasta 200 d. C.).

Con el tiempo ya después de la conquista, El Salvador se convirtió en el principal productor de jiquilite, nombre con el cual también se conoce dicha planta, la cual su nombre científico es Indigofera tinctoria, una planta perteneciente a la familia de las leguminosas. Se da mejor en terrenos bajos y cálidos, en tierras arenosas no muy húmedas.

La zona donde se concentró la mayor producción fueron Metapán, Santa Ana, Sonsonate, Sensuntepeque, San Vicente, Olocuilta, Chalatenango, Tejutla, Opico, Ateos, San Salvador, Suchitoto, Cojutepeque, Gotera, Usulután, San Miguel, Zacatecoluca y San Alejo. En el siglo XVII alcanzó su máximo apogeo, sin embargo, poco tiempo después colapsó, por la creación de los tintes sintéticos en Europa.

Hoy por hoy, existen personas que están tratando de rescatar y volver a activar todas esas costumbres, tradiciones y modos de vida practicando los hábitos y emprendiendo con una visión innovadora todo lo que heredaron nuestros antepasados a las nuevas generaciones. Entre ello se encuentra volver a usar tintes naturales y por excelencia el añil.

En ese sentido, hablaré de un artista del teñido originario de Chalchuapa, departamento de santa Ana cuyo nombre es David Escalante quien está dedicando su vida junto a su familia a crear prendas únicas.

David es un técnico en el uso de tintes naturales en especial el añil, un diseñador de ropa y también un artista que crea prendas con un estilo muy personal y finamente estético.
Pero no todo ha sido fácil, requirió de mucho tiempo y dedicación poder lograr hacerse camino en ese mundo.

Inicia en el teñido por influencia de su madre doña Betty Escalante y su hermana Katia Rosales, quienes ya practicaban la técnica. Poco a poco se fue involucrando mas y recibiendo mas capacitaciones y adiestramiento hasta que se convirtió en un proyecto familiar y modo de vida.

Entre los tres forman dice David un “equipo muy integral y están día a día trabajando en los diseños para perfeccionar y ofrecer la mejor calidad”. Las prendas que se elaboran en el taller poseen su propio estilo y motivo de inspiración siendo este la cultura maya y también un poco de la cultura hindú.

El artista basa su estilo y expresión en ello, “quizás por que he estado toda mi vida rodeado de lugares y ambientes arqueológicos”, nos dice.

Efectivamente pues al encontrarse en un lugar histórico como lo es el municipio de Chalchuapa donde no hay uno si no dos lugares que nos llevan en un viaje por el pasado desde que se da el primer paso por ellos como los son el sitio arqueológico El Tazumal y Casa Blanca.

De todo este proceso nace a lo que ahora le llaman Añil Maya, ese es el nombre de su tallercito en una calle de la precolombina Chalchuapa.

También nos explica que teñir con jiquilite implica un arduo proceso que puede ir desde el cultivo de la planta hasta el marketing de la prenda, por lo que hablaremos de ello en otra entrega.

“Nosotros (los artistas) estamos conscientes de que por lo general no tenemos apoyo de ninguna entidad o institución para impulsar nuestro trabajo, sabemos que se valoran otras necesidades sociales más importantes según el criterio general”, explica David al preguntársele como percibe el desarrollo artístico a nivel social para un futuro próximo.

También nos dice que una de sus visiones como artesano emprendedor es poder salir de fronteras y enviar sus prendas de una manera sistemática y no ocasionalmente como ha venido sucediendo hasta la fecha. Así como poder sacar del olvido ese arte y dar a conocer algo con lo que nuestros pueblos se identificaban y usaban cotidianamente.

“Mi idea es vestir con arte a las personas”, nos expresa, convencido de que a pesar de las circunstancias difíciles para los artistas en general, se puede salir adelante con constancia, disciplina y esfuerzos.

Añil Maya es ahora un referente de arte ancestral en el país, y a sus integrantes Doña Betty, Katia y David me atrevería a llamarles “guardianes del oro azul” pues vienen a ser los que han heredado la sabiduría y talento.

Así también el coraje para poder rescatar de entre el barro y las cenizas una de la mejores herencias de los pueblos de Mesoamérica, el arte ancestral sigue vivo a través de ellos y está entre sus objetivos poder avanzar y trascender sus conocimientos así como su dedicación.

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