Informa: Carlos Tobías, corresponsal

(EN NEWS) —Todos sabemos que la humanidad ha pasado por varias eras desde la edad de piedra hasta la civilización y luego a la era moderna o contemporánea.

En el Cantón Los Naranjos del municipio de Las Vueltas en Chalatenango aún se pueden apreciar vestigios de riqueza cultural de los antepasados; preciosas piedras con extrañas figuras esculpidas que reafirman nuestras raíces de sangre pipil.

Estas rocas preciosas yacen desde fechas inmemoriales en el lugar conocido como La Loma en el Cantón Los Naranjos de la Villa de Las Vueltas y pocas personas del norteño departamento saben que existen, quizá ni las autoridades.

“En épocas pasadas nuestros abuelos repetían un dicho que la mejor historia de la vida eran ellos mismos con su edad y costumbres marcadas en su aspecto físico y en las buenas costumbres”, dice don Antonio Navarrete, oriundo de Los Naranjos.

Don Toño Navarrte es un abuelo jovial que cuenta anécdotas a chicos y grandes sobre la historia de su natal cantón y según sus cálculos empíricos estas rocas con sus petroglifo tienen por lo menos 500 años de estar ahí ante la mirada atónita de curiosos y la indiferencia de las autoridades.

La Loma, un precioso lugar entre matorrales y follaje, alberga toda una cultura ancestral plasmada en los petroglifos, que sin palabras ni ruidos, soportaron también los combates y bombas en el contexto de la guerra fratricida de los años 80s.

Según opinión de los vecinos de La Loma da tristeza cómo este sitio también turístico ha estado en el olvido por centurias, y consideran que ya es tiempo de revertir su silencio proyectándolo nacional e internacionalme como uno de los mejores destinos turísticos de Chalatenango.

“El olvido y marginación de este bonito lugar refleja una degradación del valor sobre nuestra riqueza cultural ancestral, y ojalá las nuevas autoridades municipales y la Secretaría de Cultura dén la importancia y protección de este patrimonio de la ahora Villa de Las Vueltas”, dice don Toño Navarrete.

Cita que en otros países como Guatemala o Perú, La Loma desde hace muchos años habría sido declarada zona protegida y gozaría de amplia difusión turística por ser un tesoro indígena donde descansan nuestras raíces.

Ojalá algún día haya alguna institución u organización municipal o gubernamental que se tome el tiempo y responsabilidad de explotar positivamente este bello lugar antes que el tiempo lo destruya y sepulte por completo.