¡Hagamos brillar a todos los Niños!
Licenciada Verónica España, en colaboración para EN News
Una mamá leona se manifiesta en todo momento. Como en un video que vi recientemente, donde en un acto de graduación un pequeño se queda sin pareja en pleno baile, la maestra lo aparta del grupo y su madre sale al recate; sube al escenario y hace la coreografía con su retoño.
Leí los comentarios y a la mayoría de personas les enterneció este acto. Y es que considero que para dejar generaciones fuertes, también se necesita fomentar la seguridad desde la primera infancia; y excluir a este pequeñito daba una señal equivocada para su autoestima. Tal situación no ocurrió en nuestro país, pero la realidad no dista mucho a la nuestra.
Se que en más de alguna ocasión hemos visto como se excluyen a chicos, ya sea de instituciones públicas o privadas; o de algún otro entorno. Y para mí, es un deber humano defender a todos los niños, aunque no sean nuestros.
Por otra parte, resulta gratificante ver como en los actos de finalización del año todos los niños participan de una u otra manera; se puede sentir la emoción colectiva y el corazón de todos palpita al unísono, por el triunfo alcanzado.
Por el contrario, es frustrante, cuando solo escogen a un grupo de estudiantes a participar en los actos, y a veces, este pequeño grupo elegido es el mismo que paso con honores el año escolar.
En este sentido, se debe comprender algo, a veces el niño que hizo el mayor esfuerzo no calificó para estar entre los tres primeros lugares premiados. Eso siempre será así.
Mi madre, una maestra jubilada, desbordaba la psicología de la vida con sus alumnos, y la pedagogía aprendida la ponía en práctica a diario.
Ella trabajó en una escuela pública durante décadas, y la dinámica en las clausuras siempre era la misma: premiar a los tres primeros lugares. Pero después, todos los niños que habían aprobado el grado pasaban al frente a traer su certificado o diploma. Me encantaba ir a estos actos, pues era una gran algarabía de las madres al ver que el esfuerzo de sus hijos era recompensado.
Las autoridades del Ministerio de Educación hacen su parte e instan a aplicar la equidad y a denunciar irregularidades. Se entiende que las instituciones privadas tienen sus propias reglas, pero siempre basadas en principios y valores. Es lo que se espera.
He leído un bonito mensaje que cuando uno entiende el triunfo de otros, lo entiendo todo en la vida. Totalmente de acuerdo con eso. Pero también se que eso se aprende a lo largo de la vida, con la madurez obtenida con los años. Los niños siempre necesitan estímulos, eso lo sabemos de sobra y excluirlos dista mucho de esta afirmación.
Y más allá de estas razones, muchas de las instituciones privadas pertenecen a alguna denominación religiosa. Y la observación salta a la vista: al no tomar en cuenta a todos los niños, ¿se práctica el amor al prójimo que tanto se predica?
Si señores, hagamos brillar a todos nuestros niños, dándoles el valor que merecen: cuidándolos, incluyéndolos, presentándoles un futuro prometedor.