Más allá de cinismo y el engaño, feliz Día del Amor y la Amistad
Que la pasen bien, y díganles a sus parientes, por lo menos, que los aman.
Por Mario Alfredo Cantarero en colaboración para EN News
El Dia del amor y la amistad, un día simbólicamente especial, en el mercado salvadoreño centrado en el consumismo engañoso, se llena de caricias al por mayor, con flores, chocolates, almuerzos, entre muchas otras, algunas de las cuales son sinceras, dichas con el corazón; pero algunas, manifestación de cinismo puro y duro.
Más allá de la presión que la publicidad engañosa utiliza para mantenernos en el consumismo enfermizo, que nos sume en el hedonismo extremo, los estimo y los reconozco como colegas, amigos y compañeros, más allá de sus defectos y limitaciones.
No se vale el engaño y el cinismo cuando se utilizan sentimientos tan puros y nobles, para bajarse al otro y sacarle el dinero de la cartera. En el capitalismo sátrapa y caníbal, se han instaurado fiestas y fechas relacionadas con la vida de los ciudadanos, como momentos propicios, para hacer fácil el negocio, abusando de conceptos superficiales y llenos de tanta farsa.
Tomando como base los sentimientos sublimes de las personas (como el amor y la amistad en este caso), buscan la venta loca de sus mercancías.
Nos han enseñado desde los primeros años de vida que la felicidad se consigue consumiendo un sistema de marcas que se venden en el mercado de esperanzas y superficialidades.
El principio mercadológico que mueve las economías “modernas” es: trabaje, consuma y sea feliz.
Esto lo han hecho norma de vida, para dinamizar su mercado, concebido para aprovecharse de las necesidades y de los sentimientos de las personas.
Pero no invierten sistemática y sostenidamente en educación y en servicios sociales que permitan el progreso social de los consumidores.
Expreso mi sentimiento sincero, mis estimados colegas, amigos y compañeros, en este día tan especial -no por la denominación dada por el consumismo-.
Reconozco que mi vida no tendría sentido si el amor y la amistad no existieran en mi vida cotidiana. La vida sólo es en la medida que la posibilitan la pareja, los amigos y los compañeros, que nos acompañan en los diferentes espacios donde nos movilizamos en el desarrollo de nuestras vidas.
Reivindicando el sentimiento sincero, les deseo que en sus vidas reine la amistad y la compasión, como principios de vida que permite la realización, sentirnos útiles y queridos por las personas presentes en nuestro corazón, en todos los espacios y tiempos de nuestra vida cotidiana.
Pienso que esta pócima de gestos de hermandad, fraternidad, amor, amistad y comprensión expresadas constantemente, son signos de amor, fundamentales para el desarrollo de este país, tan falto de espiritualidad, humanismo y lleno de demagogia, con discursos falaces sin certeza y sentido.
Por eso, desde mi postura crítica, honestamente les deseo que en sus vidas reine la amistad y la compasión, como principios de vida que nos permitan realizarnos, sentirnos útiles y queridos por las personas presentes en nuestro corazón, en todos los espacios y tiempos de nuestra vida cotidiana.
El amor y la amistad se requieren perdurablemente, pues son las armas para combatir la maldad de un contexto falto de humanismo, lleno de cinismo y malas intenciones, inundado de discursos superficiales, donde el propósito es joder al otro.
Por eso de las intersubjetividades, no nos podemos abstraer de este sistema simbólico enquistado en el cerebro de los ciudadanos, configurado desde los albores de la misma economía moderna.
Sin embargo, existimos muchos creyentes que el amor es el motivo más poderoso que mueve al mundo y nos une diariamente en torno a una familia y a unos amigos que le dan sentido a la vida.