Licda. Mayra Murillo en colaboración para EN News

Cada año se rinde homenaje al Día Internacional de la Mujer, una fecha que se celebra en muchos países del mundo. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.

El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían “libertad, igualdad y fraternidad” marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.

Celebrado por las Naciones Unidas desde 1975 y proclamado por la Asamblea en 1977, así hemos visto como un movimiento femenino, se volcó desde sus inicios, a exigir sus derechos y deberes ante una sociedad.

La Biblia invita a la mujer a tomar conciencia de la dignidad que se deriva y el respeto que merece por el hecho de haber sido creada a imagen y semejanza de Dios; si debe exigir el trato de «persona» y no de posesión, también debe cumplir los deberes que le exigen ser ayuda y compañera del varón en la vida en familia.
Pero más allá de historias, hechos y sucesos que han marcado y siguen marcando la presencia y el rol protagónico que la mujer tiene en esta sociedad, su familia, su lugar de trabajo y en todas las áreas que se desempeñen.

Ser Mujer es: __ es la esencia pura de la creación de Dios que nos formó a su imagen y semejanza, es el resultado de un producto, con vida, con alma, con ternura, con esencia, con aromas, con sutileza, con fragancias que exceden las tonalidades de la vida, y así como somos dadoras de vida también podemos esconderla, y nos refugiamos, nos escondemos, de la maldad y egoísmo que existe en la misma sociedad.

Ser mujer, es el resultado de muchos aprendizajes de vida, de sentimientos y emociones, que embargan el amor y la gentileza para dar y recibir.

Ser mujer es esa lucha incansable, de ser diferente, por desear y querer un mundo diverso, es esa jornada diaria, es esa inquebrantable fuerza que emerge desde el yo más interno y que grita a voces, por ser alguien con valor, con dignidad, con hermosura, con grandezas y humildad.

“Eres hoy en día, fuerza impresionante en la Gestión Empresarial, quien moldea la voluntad creciente de las mujeres por entrar y mantenerse en el mercado del trabajo que va acompañado de transformaciones importantes en la naturaleza de los empleos, en el nivel de formación, en la valorización de los hogares y en las formas de vida familiar y social”