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Bustillo niega participación en reunión donde se habría ordenado la masacre de los jesuitas

 

(EN NEWS)-El general Juan Rafael Bustillo dijo: “¡Yo no sé quién diablos me ha metido en eso!”, después de escuchar que el juez Tercero de Paz le ordena seguir ligado al proceso de la masacre de seis sacerdotes jesuitas y dos salvadoreñas, asesinados en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

Bustillo le dice a la prensa que publiquen su versión, y aunque no estará detenido, asegura que no se dejará vencer ante la acusación de asesinato, que le hace la Fiscalía General de la República.

El octagenario asegura que se reunió con el Alto Mando de la Fuerza Armada al inicio de la ofensiva de noviembre de 1989, porque le pidieron apoyo de la Fuerza Aérea, que él comandaba. No dio fechas, pero asegura que fue en la primera reunión.

“En la reunión, lo que ellos querían era que la Fuerza Aérea les diera el apoyo aéreo porque ellos no podían solucionar; se asomaba una tanqueta, se los volaban los de la guerrilla, con el RPG7, soldados muriendo. Entonces les dije: ‘Miren les voy a dar el apoyo, pero necesito exactamente la ubicación, porque no vaya a ser que por matar guerrilleros, mate soldados; vamos a estar pendientes cada vez que ustedes tengan necesidad de apoyo aéreo, me van a decir exactamente la ubicación’. En eso terminó la reunión”, dijo el general Juan Rafael Bustillo.

Bustillo asegura no saber nada y dice que de la primera reunión se retiró porque a los militares de La Tandona “no los aguantaba”. Antes de explicar la razón aclara que él es nueve años mayor a esa generación militar.

“La Tandona” es la promoción de 46 oficiales graduados de la Escuela Militar en el año de 1966 y que en los años 80, en el marco del conflicto armado, tomó el poder de la Fuerza Armada.

Durante el juicio en la Audiencia Nacional de España, donde la justicia española condenó al coronel Inocente Montano a 133 años de prisión- esta promoción de militares fue señalada por testigos, peritos e informes, de una serie de violaciones de derechos humanos y sobre varios de sus miembros pesan masacres como la del Sumpul, El Mozote y la de los sacerdotes jesuitas. Incluso, la Fiscalía española tildó a La Tandona, de ser “un grupo terrorista”.

“Yo me retiré, porque no los aguantaba, me retiré, me crucé de brazos y ahí me retiré. Terminada la oración le dije a Larios: “Deme el vehículo, me voy para la escuela militar, la antigua escuela militar”, ahí estaba un helicóptero, esperando y ahí está la bitácora de la hora de vuelo, ahí me llevaron el vehículo a la cancha de la escuela de fútbol. Despegó el piloto, Machado Duque, yo me retiré, entré a la reunión, la única que yo sé. Diez para las siete de la noche y salí a las 8 con 10 minutos salí de esa reunión; de ahí para allá, regresé a la Fuerza Aérea, nunca más regresé yo al Estado Mayor, ni al Ministerio. Nunca más, así es que ¿cuál es el problema? ¡Qué diablos cuando mencionan hubo una segunda reunión!”, aseguró el general Juan Rafael Bustillo.

La acusación de la Fiscalía General de la República plantea que el Alto Mando de la Fuerza Armada se reunió el 13 de noviembre de 1989 y se ordenó un cateo en la UCA, ahí se determinó la ubicación del padre Ignacio Ellacuría, y una segunda reunión, el 15 de noviembre de ese año, donde se ordena el asesinato “sin dejar testigos”.

Bustillo asegura que tenía seis meses de no ser invitado a reuniones del Alto Mando en 1989 y después de esa, no volvió a llegar, porque se retiró en diciembre de ese año. También asevera tener pruebas de no volver a hablar con nadie del Estado Mayor “porque no quería saber de ellos”.

Como prueba que fue la única vez ofrece revisar la bitácora de vuelo, del helicóptero que fue conducido por el piloto Machado Duque. Y deja entre ver que duda de verosimilitud del informe de la Comisión de la Verdad.

Al preguntarle si sabía del operativo de la masacre de los jesuitas responde efusivo: “¡Como yo voy a saber!” y más adelante señala al exjefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, general René Emilio Ponce, de ser responsable por haber sido “ambicioso”.

El general Bustillo ha sido uno de los dos militares que llegaron a la audiencia inicial por este proceso penal y fue el único que fue notificado de los delitos; también ha sido el único militar en presentarse en el Juzgado Segundo de Instrucción de San Francisco Gotera, donde también ha sido acusado por la masacre en El Mozote y sitios aledaños, donde ya declaró.