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LA LÍNEA Y EL COLOR

Por Miguel Ángel Sermeño
Artista, Pintor y Poeta en colaboración para EN News

Los factores esenciales que iluminan al artista pintor en la poesía que florece en un lienzo, conllevan a interpretar que toda obra pictórica es una creación de la fantasía; respirando todo un andamiaje histórico cultural determinado, que se traduce en rimas consonantes y asonantes a través de las líneas y el color.

La profunda influencia en la rueda del tiempo, con los distintos maestros del arte, ha sido vital en el desarrollo evolutivo de la concepción de la naturaleza y su entorno socio político, económico y cultural.

Y no es el contorno abstracto lo que constituye la limitación del artista, sino que precisa del contorno para que pueda existir.
Acá emanan dos puntos de pista, en direcciones opuestas: uno que sugiere que el artista dotado de una fantasía concreta, descansa su obra sobre el color o matiz, y nunca sobre la línea; como sostenía Delacroix que incluso negó la existencia de la línea. Sin embargo, David e Ingres, sostenían la tesis que toda obra pictórica descansa sobre la línea.

Mi postura es entonces, que ciertamente es indispensable estar dotado de fantasía abstracta; la misión del artista pintor es buscar las formas eternas que, delimitando la esencia de las cosas, se traduzca en unidad y armonía sin renunciar al color, al matiz, al espacio con sus efectos atmosféricos.

Debe basar su obra sobre la línea, que es abstracción; como lo es el punto, origen de la línea, que tiene su propia identidad y energía y es de donde emerge el estilo individual del artista pintor. Como dijo Platón: ” unidad dentro de la variedad y variedad dentro de la unidad “.

(Arte & Literatura, sección sabatina bajo la dirección de la Licenciada Dacxilia Deras, poeta y escritora salvadoreña).