Respire profundo antes de enfrentarse al agobiante tráfico pesado en el gran San Salvador
Susana Barrera Ponce, Periodista y Especialista en Desarrollo
EN News- Parece que no existen rutas alternas, lo que queda es respirar profundo antes de manejar en San Salvador y “conducir a la defensiva”. La queja popular en los últimos días es la condición del tráfico en la capital y municipios aledaños, es que, en una matemática simple, de lunes a viernes, Ud., se pasa: 5 horas en promedio en los congestionamientos, 8 horas en el trabajo, duerme 5, ¿Qué le queda para la familia, cena y casa?, ya no basta con salir de madrugada, simplemente, el tráfico en impredecible.
Los embotellamientos y las famosas “vueltas de rueda” ocurren a cualquier hora del día, pero, ¿qué es lo que está pasando?, las explicaciones surgen a granel: Las calles y avenidas sobrepasaron la capacidad del parque vehicular que ya asciende el millón y medio, más el de las motocicletas. Cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dicen que el 43% del parque vehicular se concentra en San Salvador, y además aquí confluye una alta tasa de densidad laboral, para el caso se estima que 150 mil almas viajan a diario de Colón a San Salvador, sin contar que este es un municipio puente hacia el occidente.
Buena parte de los hogares requieren de más de un vehículo para movilizarse, no contamos con horarios escalonados y coincidimos a las mismas horas, en fin, serán estos asuntos de gestión, logística y de urgente taller, y no son temas nuevos a tratar, antes se hicieron sendos estudios y propuestas para la movilidad en el Gran San Salvador. Lo que sí es innegable, el gran impacto o estrés que está causando esta situación al grueso de la población.
¿Cómo restaurar el tiempo y el estrés de un empleado que ha salido a oscuras de casa y ha pasado más de 5 horas en un bus y que llega del interior a la capital?, ¿Cómo librar la batalla contra el marcador de la empresa?, ¿cómo controlar la frustración y el enojo en una procesión de ruedas, pitos, música estridente e intolerancia?, definitivamente, la calidad de vida se pierde en el tráfico y ya no es ganga “salir”.
A juicio de la Rocío Vásquez, psicóloga; la situación del tráfico sube los niveles de estrés y ansiedad cuando el cuerpo y mente perciben esos estímulos: ruido, humo, sol (dependiendo de la hora) y retrasos. El problema es que no todas las personas saben manejar sus emociones y en algunos casos el malestar se convierte en dolores de cabeza u otras molestias.
Pero, entonces, ¿Cuáles pueden ser las soluciones?, cualquiera sea, no serán fáciles y pasa por educación, responsabilidad, compromiso personal y familiar, van más allá de salir de madrugada de casa, de la buena infraestructura vial o de los hábiles gestores del tráfico, es demandante aterrizar en una política pública de transporte que abone a la mejora de estas condiciones y no sólo toque bolsillos. Se urge de soluciones técnicas e inteligentes.
Es importante, acercarse a experiencias de éxito de otros países, si es que las hay, porque BID, señalan que: “En 2019, cada ciudadano perdió 33 horas en embotellamientos de tráfico en San Salvador, frente a las 31 horas de Bogotá, las 25 horas de Río de Janeiro y las 20 horas de Buenos Aires. En total, se perdieron 37 millones de horas, lo que se traduce en un 0,5% del PIB”, esas cifras aterrizándolas en la coyuntura actual, parece que se quedaron cortas.
En el ámbito hogareño o comunitario, sería viable organizarnos para evitar carga vehicular, optimizar tiempo y combustible, trasladándonos varios que van en la misma ruta en un mismo carro. Eso también sería un gesto amable con el medio ambiente. La consulta a los famosos mapas interactivos antes de emprender la ruta, es otra opción para tomar mejores decisiones y evitar congestionamiento.
En esta cotidianeidad, quienes infelizmente llevan las de perder son quienes viajan en el bus de pie o “colgados”, si son mujeres se exponen a acosos, aquí no hay mucho que ofrecer, pero a los que corren con suerte y viajan sentados, valido es que se fomente la lectura, la escucha de música relajante, la plática con la persona co-viajante.
Aunque suene romántico, se trata de activar ese tiempo aparentemente inactivo. Hay personas que conducen, que se amenizan el viaje con programas de radio de calidad, audiolibros y otros insumos que les cultivan, sin pecar de distraerse.
En algún momento, se sugirió horarios escalonados, enfatizar el trabajo o el estudio desde casa con justas medidas, y otras de mayor inversión como ejemplo: metros, parqueos públicos y demás.
Es necesario unir esfuerzo para tomar un atajo y desviarnos de esta locura llamada tráfico que irremediablemente parece que está afectándonos todos los días.