Por “Neto” Cartagena
Transcripción y redacción:
Daniela Chávez

En este contexto de reflexión sobre la importancia de pedir en la vida; es esencial reconocer que la acción de pedir no sólo se relaciona con las necesidades materiales, sino también con nuestras aspiraciones más profundas y anhelos personales… Pedir no solo implica expresar carencias, sino también manifestar nuestros sueños y metas.

La frase citada de Mateo 7-7, “pedid y se os dará”, resuena como un recordatorio poderoso de la conexión entre la petición y la recepción. Esta enseñanza no sólo se limita al ámbito espiritual, sino también se extiende a diversos aspectos de nuestras vidas…

Pedir implica reconocer nuestras limitaciones y entender que, al expresar nuestras necesidades, estamos abriendo la puerta para recibir ayuda, oportunidades y bendiciones.

A veces, el miedo o la timidez pueden frenarnos de pedir lo que necesitamos o deseamos. Sin embargo, es fundamental superar esos obstáculos y comprender que pedir no es señal de debilidad, sino de valentía y humildad. Al pedir, estamos mostrando una disposición a aprender, crecer y buscar soluciones para mejorar nuestra vida y la de los demás.

La idea centra es que “nunca desistan” debe resonar un mensaje de perseverancia y determinación. La vida está llena de desafíos, pero al mantenernos firmes en nuestra voluntad de pedir, estamos dando un paso hacia adelante en la dirección de nuestras metas. La persistencia en la búsqueda, la fe en que nuestras peticiones serán escuchadas y la disposición a trabajar, como componentes clave para materializar nuestras aspiraciones.

En este momento, se nos insta a aprovechar la oportunidad de pedir. Es un llamado a la acción, a reconocer nuestras necesidades y aspiraciones, a articularlas y a buscar activamente las respuestas que nos permitan avanzar. Así, aprenderemos  a pedir para conviertela en una habilidad valiosa que nos empodera en la búsqueda de una vida plena y significativa…

Pedir no solo es recibir, sino también un proceso de autoconocimiento y crecimiento personal que nos impulsa hacia un futuro más próspero y satisfactorio. En última instancia, pedir es un acto de confianza en nosotros mismos y en la posibilidad de que, al pedir, estamos abriendo la puerta a nuevas oportunidades y experiencias transformadoras.