El mundo atraviesa una pandemia mortal. Las naciones están doblegadas ante la crisis, ante el dolor de verse impotentes ante tantos infectados y muertos, como también ante el impacto económico, ante la incertidumbre.

Los seres humanos nos hemos vuelto tan arrogantes ante nuestro Creador, que hasta es necesario considerar la pregunta, y respaldar nuestra respuesta, para traer la sanidad que el mundo necesita.

La semilla de arrogancia que Satanás sembró en nuestros primeros padres, Adán y Eva, irá creciendo hasta provocar, en los últimos días, el juicio de Dios sobre toda la tierra.

Las Sagradas Escrituras profetizan que durante una de las plagas que serán derramadas sobre la tierra, la plaga de granizo, de unas 70 libras cada uno, los hombres en lugar de arrepentirse blasfemarán contra Dios.
Amigo, hay un punto donde el corazón del hombre, después de rehusar las advertencias de Dios, al ser endurecido, se convierte en objeto de su ira y juicio.

Eso le pasó al Faraón de Egipto. Dios demandó que dejara salir a su pueblo escogido, los israelitas. En nueve ocasiones Dios envió plagas para hacerlo reflexionar, mas se rehusó. En la última plaga, la décima plaga, Dios endureció el corazón del Faraón. Había llegado la hora de su juicio. Miles de egipcios murieron por la plaga mortal, empezando por el hogar del Faraón.

El mundo atraviesa una pandemia mortal. Las naciones están doblegadas ante la crisis, ante el dolor de verse impotentes ante tantos infectados y muertos, como también ante el impacto económico, ante la incertidumbre. El ejército de EE.UU. está proveyendo bolsas para llevarse a tantos que mueren cada día, pues no hay suficientes ataúdes. Las calles cerca de los hospitales en Nueva York están alineados con camiones refrigerantes, para almacenar temporalmente los muertos mientras se disponen de ellos.

¿Será que Dios nos está recordando que nos hemos olvidado de que la vida es un regalo del Creador, y que debemos honrarle y caminar en su luz? Le sugiero que es tiempo de pedir perdón a Dios por muchas razones, entre ellas porque honramos más a los hombres que a Dios, tememos más a las enfermedades que el juicio de Dios.

Así es, considere: Los doctores advierten del coronavirus… y la gente corre a buscar máscaras, guantes, alcohol-gel, provisiones. En cambio, Dios advierte del juicio venidero… y la gente lo ignora. Considere: Los científicos hablan del coronavirus, una partícula diminuta que puede causar la muerte. Y la gente lo cree, teme y toma acción.

En cambio, Dios habla del infierno… y algunos no quieren creerlo, o no toman acción, no se arrepienten, viven como si no fuera cierto. Considere: Dios nos ofrece luz sobre cuál es el camino en que debemos andar, la senda que le agrada… pero preferimos llenarnos de tradiciones religiosas en lugar de caminar en su buena y perfecta voluntad revelada en su Palabra.
Amigo, amiga, es tiempo de buscar a Dios y pedirle perdón por nuestras ofensas, por ignorar su palabra, y reconocer a su Hijo Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras vidas.

Tal como dicen las Escrituras en Isaías 30:15 “Porque así ha dicho el Señor Dios, el Santo de Israel: En arrepentimiento y en reposo seréis salvos; en quietud y confianza está vuestro poder.” Y en Romanos 10:8-13 “Si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo …Todo el que cree en Él no será avergonzado…”

Referencia del autor:

Jaime Simán, siervo de Jesús
© Jaime Siman 2020 – Derechos Reservados. Publicación autorizada a El Norteño News.Escrituras bíblicas tomadas de: La Biblia de las Américas, © 1986,
1995, 1997 by The Lockman Foundation. Usadas con permiso.