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DOMINGOS DE POESÍA. AUTORES.

Sully Prudhomme nació el 16 de marzo de 1839 en París. Prudhomme , en los comienzos de su carrera se unió al parnasianismo, escuela literaria encabezada por el también poeta Leconte de Lisle, y contribuyó a las tres antologías de Le Parnasse contemporain. Desbordaba arte y pesimismo, componiendo estructuras de grandes pretensiones, aunque un poco frías. A partir de este último libro, Le Bonheur (1888), fue postergando la poesía para centrarse en la estética y la filosofía. Obtuvo el primer premio Nobel de literatura, concedido en 1901.

Disfrutaremos de dos de sus poemas y cerraremos con un tercer poema de mi autoría, que podréis ver desde esta misma web.

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✔Por Mireya Guzmán Burgos
@mireyaguzmanburgos

Poema 1
El mejor momento del amor

El mejor momento del amor
no es aquel en que se dice: «Te amo.»
Se halla en ese mismo silencio que está a punto
de romperse todos los días.
Está en la rápida y furtiva comprensión de los corazones.
Está en los fingidos rigores y en las secretas indulgencias.
Está en el estremecimiento del brazo
en que se apoya la mano temblorosa,
en esa página que volvemos juntos,
pero que ninguno de los dos leemos.
¡Momento único, en que los labios callan
y dicen tantas cosas con su pudor;
en que se abre el corazón,
estallando quedamente como un botón de rosa!
En que el solo perfume de los cabellos
parece un favor conquistado.
¡Momento de deliciosa ternura,
en que el respeto mismo es una.

(Versión de Max Grillo)

Poema 2
La orilla

Sentarse los dos a la orilla del agua que pasa
y verla pasar. Si se desliza una nube en el espacio,
verla, los dos, deslizarse.
Si en el horizonte humea un tejado de paja,
verlo humear.
Si alguna flor perfuma los alrededores,
perfumarse en ella también.
Si nos apetece algún fruto
que prueban las abejas,
probarlo.
Si en los bosques que lo escuchan,
canta algún pájaro,
escuchar.

A los pies de un sauce
donde el agua murmura,
oír el agua murmurar,
y no sentir pasar el tiempo
mientras dura ese sueño,
ni poner una pasión profunda
más que en adorarse.

No preocuparse de las mundanales querellas,
ignorarlas.
¡Y, solos, felices sin cansarse ante todo lo que cansa,
sentir, ante todo lo que pasa,
no pasar el amor!

(Versión de Max Grillo).

[Sección «Huella Poética » bajo la dirección de Mireya Guzmán Burgos escritora de nacionalidad española. @mireyaguzmanburgos]

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