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Fallece leyenda de Club Deportivo FAS, a causa de una golpiza propinada por su hijo

Redacción: Abigail Rivera

(ENNews)—El fútbol salvadoreño está de luto tras el fallecimiento de Héctor Alcides Pichioni, exjugador argentino y bicampeón con Club Deportivo FAS en los años 70, quien murió a la edad de 79 años este domingo. La noticia conmociona no solo a la afición de FAS, sino también a quienes siguieron su carrera en la selección salvadoreña.

Pichioni fue víctima de una brutal golpiza en su hogar en Olivos, Argentina, supuestamente a manos de su hijo, quien, según informan las autoridades, padece de trastornos mentales. El diario argentino “Crónica” reportó que el propio hijo fue quien llamó a las autoridades, quienes lo detuvieron en el lugar bajo el cargo de homicidio agravado.

Como defensor central, Pichioni dejó una huella imborrable en el fútbol salvadoreño. Arribó a El Salvador en la temporada 1967-1968 y defendió los colores de FAS durante más de una década, alcanzando el bicampeonato en las temporadas 1977-1978 y 1978-1979. En 1979, fue parte del histórico triunfo de FAS en la Copa de Campeones de la Concacaf, en el que se impusieron con un contundente 7-1 al Jong Colombia de las Antillas Neerlandesas (hoy Curaçao).

Su despedida de las canchas llegó tras la Copa Interamericana de 1980, cuando FAS enfrentó al Club Olimpia de Paraguay.

Pichioni también fue llamado a representar a El Salvador en la selección nacional, participando en la Eliminatoria Mundialista hacia la Copa del Mundo de 1978. Aunque la Selecta no logró clasificarse, su aporte en defensa fue notable, consolidándose como uno de los futbolistas extranjeros más queridos y respetados en la liga salvadoreña.

La noticia de su muerte ha provocado una ola de condolencias. David Cabrera, excompañero y también leyenda de FAS, expresó su profundo pesar: “Duele muchísimo en el alma y se me parte el corazón al saber del fallecimiento de alguien a quien recibí en FAS; fue como un hermano para mí”.

Héctor Alcides Pichioni será recordado no solo como un defensor implacable, sino también como un hombre que supo ganarse un lugar en el corazón de la afición salvadoreña. Que descanse en paz.

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