Síndrome del Impostor ¿Cómo saber si lo padecemos?
(ENNews)—El síndrome del impostor, también conocido como fenómeno del impostor, es un cuadro psicológico que afecta a muchas personas, especialmente a aquellas que han alcanzado el éxito en sus respectivas áreas.
A pesar de sus logros, quienes lo padecen sienten una profunda incapacidad para internalizar sus éxitos y viven con el miedo constante de ser descubiertos como fraudes. Este fenómeno, aunque no está oficialmente reconocido como una enfermedad mental en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, ha sido objeto de numerosos estudios y publicaciones en el ámbito de la psicología.
El término “síndrome del impostor” fue acuñado en 1978 por las psicólogas clínicas Pauline Lance y Suzanne Imes, quienes publicaron un artículo titulado “El Fenómeno Impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica”. En su investigación, analizaron a un grupo de mujeres exitosas y descubrieron que la mayoría de ellas desconfiaban de sus propias capacidades, creían que su éxito era un fraude y temían que, en algún momento, su verdadera incompetencia sería revelada.
La doctora Valerie Young, reconocida experta internacional en el tema, ha profundizado en este fenómeno y en 2011 publicó el best-seller “Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas: por qué las personas capaces sufren del síndrome del impostor y cómo prosperar a pesar de ello”.
En su obra, Young categoriza a las personas que experimentan el síndrome del impostor en cinco grupos: Los perfeccionistas: Se exigen estándares tan elevados que rara vez se sienten satisfechos con sus logros, creyendo siempre que podrían haberlo hecho mejor. Además, están los individualistas: Rechazan la ayuda externa, pensando que depender de otros es una señal de debilidad.
De igual forma existen los expertos: Sienten que nunca saben lo suficiente y temen ser descubiertos como poco competentes, los genios naturales: Se frustran si no logran las cosas con facilidad y rapidez, juzgándose severamente ante cualquier error y los superhumanos: Se presionan para trabajar más duro que los demás, lo que a menudo afecta su salud mental y sus relaciones sociales.
Las causas del síndrome del impostor pueden estar relacionadas con dinámicas familiares en la infancia, como comparaciones entre hermanos o la presión ejercida por los padres. A pesar de las evidencias externas que demuestran su competencia, quienes sufren este síndrome continúan convencidos de que su éxito es resultado de la suerte o de engañar a los demás sobre sus habilidades.
El síndrome del impostor puede ser visto como un fenómeno complementario al efecto Dunning-Kruger, donde las personas incompetentes no logran reconocer su propia falta de habilidad. En un mundo donde el éxito es a menudo medido y comparado, es crucial que tanto individuos como organizaciones reconozcan y aborden este fenómeno, fomentando un ambiente donde se valore el esfuerzo y se celebre el éxito genuino, sin el peso del autoengaño.
La comprensión y el apoyo son fundamentales para ayudar a quienes padecen el síndrome del impostor a reconocer su valía ya disfrutar de sus logros sin el temor de ser descubiertos como “fraudes”.
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