No confíes en los Gurús, venden humo
Dra. Margarita Mendoza Burgos
EN News
Existe un refrán popular que advierte: «Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea». Esta sabiduría cobra especial relevancia cuando hablamos de aquellos autoproclamados gurúes que intentan vendernos la fórmula de la felicidad y /o la salud como si fuera tan simple como preparar un café instantáneo.
Debemos ser cautelosos con estos mercaderes de ilusiones, pues nada valioso se obtiene de un día para otro ni se aprende sin dedicación. Todo logro significativo requiere esfuerzo, inversión de tiempo, recursos económicos y un compromiso emocional y conductual. Sin embargo, estos «expertos» comercializan, a menudo a precios elevados, supuestas soluciones automáticas que prometen alegrías inmediatas con mínimo esfuerzo.
No resulta difícil identificarlos: son aquellos que, con o sin credenciales académicas, ofrecen recetas mágicas y caminos sin obstáculos, ya sean de naturaleza biológica, motivacional o espiritual.
La realidad es que nada sustancial se consigue sin esfuerzo, y lo que se obtiene fácilmente, con la misma facilidad puede desvanecerse. Lo único que permanece es el vacío en el bolsillo, como ocurre con todo lo que carece de autenticidad.
A pesar de ello, estos productos y servicios encuentran mercado, pues el ser humano tiende a rehuir del esfuerzo constante, especialmente en esta era donde la inmediatez se ha convertido en un valor predominante.
El atractivo principal de estos personajes radica en la simplicidad con que presentan soluciones a problemas complejos. Prometen resultados rápidos, a menudo resumidos en pasos sencillos o principios universales que, supuestamente, funcionan para todos.
Estos gurúes suelen ser carismáticos, elocuentes y hábiles comunicadores que se rodean de seguidores devotos que validan su mensaje.
El Mercado de la Felicidad y/o de la salud fisica puede ser perjudicial al no ofrecer parámetros saludables para desarrollar nuestro bienestar emocional. Nos induce a crear expectativas excesivamente elevadas e inalcanzables, lo que frecuentemente desemboca en frustración y sensación de no ser suficientes.
El optimismo ciertamente actúa como un escudo protector, pero debemos reconocer también que es inevitable enfrentar adversidades en la vida.
La felicidad o salud eterna es un mito. Lo que sí existe es la posibilidad de alcanzar paz mental equilibrio emocional y bienestar fisico a través de procesos vitales que requieren trabajo personal.
La vida está compuesta de pequeñas y grandes alegrías, pero también de penas y desequilibrios que a veces solo el tiempo puede sanar. Nada es automático y, ciertamente, no existe “la felicidad y el bienestar al minuto”.
Dra. Margarita Mendoza Burgos
Publicar comentario