Fumata negra en el segundo día de cónclave para elegir al nuevo Papa
Redacción : Oscar Cruz
(ENNews)—El segundo día del cónclave en el Vaticano concluyó sin un acuerdo entre los cardenales electores para nombrar al sucesor del papa Francisco. A las 11:51 horas (hora local de Roma) de este jueves, una nueva fumata negra emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal clara de que ninguno de los 133 cardenales ha alcanzado aún los 89 votos necesarios para convertirse en el Papa número 267 de la Iglesia Católica.
La jornada comenzó a las 9:15 (hora local), cuando los cardenales reanudaron las votaciones tras haber pasado la noche en la residencia de Santa Marta. La primera fumata del cónclave también había sido negra, apareciendo el miércoles a las 21:00 (hora local) con dos horas de retraso respecto al horario previsto, lo que alimentó especulaciones sobre posibles demoras internas.
En contraste, la fumata de este jueves sorprendió por su anticipación: se esperaba hacia las 12:30, pero apareció más de media hora antes.
A pesar del simbolismo solemne, el evento fue seguido con tensión y cierta frustración por los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Aproximadamente 15.000 personas (según cifras de Vatican News)estaban presentes cuando el humo negro volvió a alzarse. Un sonoro “oh” de decepción recorrió la plaza, que lucía menos concurrida que la tarde anterior, cuando se estimó una asistencia de cerca de 45.000 personas.
Este jueves por la tarde se esperan dos nuevas votaciones. Los cardenales regresarán a la Capilla Sixtina hacia las 16:30 (hora local), y si en la primera votación de la tarde se llegara a un consenso, la esperada fumata blanca podría aparecer en torno a las 17:30. De no lograrse el acuerdo, una quinta votación podría tener lugar, con la posibilidad de una fumata blanca alrededor de las 19:00. Si tampoco entonces hay resultado, se repetirá el humo negro.
De acuerdo con la normativa vigente (establecida en el Motu Proprio de Benedicto XVI), si tras cuatro rondas completas de votaciones no se alcanza un acuerdo, los cardenales podrán limitar la elección a los dos nombres más votados en la última ronda. Sin embargo, aún en ese escenario, será necesario que uno de ellos obtenga los dos tercios de los votos.
El procedimiento está claramente delimitado por la constitución apostólica que rige el cónclave. Tras cada par de votaciones sin resultado, las papeletas son quemadas junto a productos químicos que generan el característico humo negro. A lo largo de este proceso, los 133 cardenales electores están obligados por juramento a guardar el más estricto secreto sobre todo lo relacionado con las deliberaciones.
Aunque la mayoría de los presentes son cardenales nuevos (alrededor del 80 % no había participado antes en un cónclave), se espera que el proceso no se extienda mucho más allá del fin de semana. Sin embargo, podría haber un día de pausa tras tres días completos de votaciones, lo que dependerá de cómo se interprete el inicio formal del cónclave.
Según informó Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, hay “diferentes interpretaciones”: si el jueves se considera como primer día, el descanso se daría el sábado; si no, sería el domingo.
Los dos últimos cónclaves fueron relativamente breves: Francisco fue elegido en el quinto escrutinio en 2013, y Benedicto XVI en el cuarto en 2005, ambos en el segundo día. Más atrás, en 1978, Juan Pablo II fue elegido tras ocho votaciones en tres días.
El mundo observa con expectación, mientras la Iglesia Católica sigue buscando al pastor que sucederá a Francisco al frente del ‘munus Petrinum’, el ministerio de guía universal de la fe católica.
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