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El regreso de Kilmar Ábrego García: un caso de justicia y controversia

Redacción: Abigail Rivera

(ENNews)—Kilmar Ábrego García, salvadoreño deportado a su país por un error administrativo, fue devuelto este viernes a Estados Unidos para enfrentar cargos por presunto tráfico de personas, anunció la fiscal general estadounidense Pam Bondi. Su retorno cierra semanas de disputa legal que incluyó a la Corte Suprema, que ordenó facilitar su regreso tras casi tres meses encarcelado en El Salvador.

De acuerdo a medios internacionales, Ábrego García, de 29 años, vivía en Maryland hasta que fue uno de los más de 200 migrantes enviados a una prisión en El Salvador en marzo, como parte de la ofensiva del gobierno de Trump contra la migración irregular. 

La administración había utilizado la Ley de enemigos extranjeros de 1798 para deportar a varios migrantes, incluidos presuntos miembros de la pandilla MS-13 y otros grupos criminales. Sin embargo, la familia y los abogados de Ábrego García han negado las acusaciones de pertenencia a la MS-13, y hasta la fecha, no ha sido condenado por ningún delito.

La controversia se intensificó cuando se reveló que el Departamento de Justicia había reconocido que la expulsión de Ábrego García fue un «error administrativo». En 2019, una corte había revocado permanentemente la posibilidad de su deportación a El Salvador, lo que añade un matiz legal a su situación actual. Bondi, en una rueda de prensa, afirmó que Ábrego García ha «desempeñado un papel importante en una red de tráfico de migrantes», acusándolo de ser responsable del tráfico de «niños y mujeres», así como de la distribución de armas y narcóticos en el país.

El regreso de Ábrego García se produce en un contexto de tensiones entre el gobierno estadounidense y el presidente salvadoreño, Nayib Bukele. 

Por su parte, una portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, enfatizó que el regreso de Ábrego García «no tiene nada que ver con su deportación original». Jackson argumentó que la decisión de traerlo de vuelta se basa en una nueva investigación que ha revelado «crímenes atroces» que solo el sistema judicial estadounidense podría juzgar adecuadamente.

El abogado de Ábrego García, Simon Sandoval-Moshenberg, criticó la forma en que se ha manejado el caso, argumentando que lo ocurrido es un claro ejemplo de la falta de debido proceso. «El debido proceso significa la oportunidad de defenderse antes de ser castigado, no después», protestó Sandoval-Moshenberg, subrayando la importancia de la justicia y la defensa legal en un sistema democrático.

El senador demócrata Chris Van Hollen también se pronunció sobre el caso, afirmando que la administración debe presentar su caso ante los tribunales, como debió haberlo hecho desde el principio. Según la acusación formal, Ábrego García estuvo involucrado en el tráfico de migrantes indocumentados desde varios países hacia Estados Unidos entre 2016 y principios de este año.

La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, advirtió en redes sociales que «la justicia espera a este salvadoreño», dejando claro que el proceso judicial apenas comienza. La situación de Kilmar Ábrego García no solo refleja las complejidades de la migración y la justicia en Estados Unidos, sino que también pone de relieve las tensiones políticas y legales que rodean a estos casos en un contexto de creciente polarización.

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