Muchos salvadoreños gastan la remesa en consumo y cuando se rumora sobre TPS entran en pánico

(ENN) El flujo de remesas que ha sostenido históricamente la economía nacional y ha alegrado la vida de muchos compatriotas podría no ser “un seguro de vida” para las familias benefactoras.

Mientras persista la inestabilidad migratoria la plata recibida por El Salvador en concepto de remesas debe canalizarse al ahorro e inversión productiva y no al consumo como erróneamente se ha manejado.

Allá por el año 1997, expertos en economía y representantes de gremiales empresariales salvadoreñas, alzaron sus voces solicitando al gobierno de turno que creara programas de inversión productiva para los dólares que los compatriotas enviaban ya no tanto para el ahorro y mucho menos para el consumo.

Ese llamado se hizo hace un poco más de dos décadas y al cierre del 2019 esos recursos siguen engrosando las cajas fuertes de los bancos, van a parar a centros comerciales suntuarios , a gavetas de restaurantes y diversos lugares de entretenimiento familiar, retroalimentando la fortuna de grandes capitales que casi son dueños de todo el país.

Según datos del Banco Central de Reserva (BCR) nuestro país recibió en concepto de remesas entre enero y octubre del presente año un total de $4 mil 641.7 millones de dólares flujo que permite sostener la moribunda economía nacional, al tiempo que fomentan una zona de confort en los integrantes de muchas familias, especialmente rurales.

La divisa norteamericana no se invierte directamente por los compatriotas en rubros de alto valor, sólo se hace a través los intermediarios financieros de capital especulativo (los bancos, financieras y cooperativas ).

Idalia Santos, originaria del municipio de Citalà en Chalatenango y quien lleva 19 años viviendo en una ciudad del Estado de Massachusetts en EE.UU., dice que cada vez que se especula sobre la caducidad del TPS la comunidad migrante en condición de ilegalidad entra en pánico con la incertidumbre que muy pronto sobrevendrán deportaciones masivas y por consiguiente el trabajo y flujo de remesas se contraerá dramáticamente.

En una conversación con El Norteño News, relata que una compatriota suya la última vez que se rumoró sobre el término del beneficio de permiso temporal para los “TPSianos”, sacó casi todo su ahorro de pensión por la vía de crédito personal en Estados Unidos y con ello, la liquidez económica para el retiro le quedó prácticamente cero.

En otra experiencia agridulce comentó que otro compatriota al verse amenazado con la finalización del TPS, llamó de inmediato a su familia en El Salvador y les comunicó telefónicamente que muy probable se quedaría sin trabajo e ingresos para sostenerles y por tanto llegaría el momento de vivir del ahorro que supuestamente había generado su remesa a lo largo de los años, y como sorpresa desagradable la cónyuge le informa que dicho ahorro no existe, ni en caja chica de su vivienda y tampoco en bancos, porque todo lo habían consumido.

La ingrata noticia casi le provocó un infarto.

Según Idalia Santos muchos compatriotas en Estados Unidos (ilegales y no ilegales) se ven muy influenciados por una sociedad altamente consumista y sólo ven la amenaza de quedarse a cero con los ingresos cuando se suelta el rumor de que el Estatus de Protección Temporal (TPS) llegaría a su fin; es ahí donde surge el llanto y crujir de dientes, tal como reza el libro de Lucas en la Santa Biblia.

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