Mujeres Rurales, tejedoras de sueños e identidad cultural

Licda. Susana Barrera Ponce, Periodista, experta en turismo rural, maestra en desarrollo y columnista de El Norteño News

Para asesoría en comunicación, sistematización de experiencia, y turismo puede consultarla al correo barreraponce@gmail.com

(ENN) Las mujeres rurales salvadoreñas además de sus aportes a la economía rural destacan por entretejer identidad, seguridad alimentaria, espiritualidad, arte y otros aspectos que las hacen holisticas y diversas.

Úrsula Lúe oriunda de Pushtan, cantón de Nahuizalco, en el occidente del país, sujeta las fibras de tule con sus pies, y con sus manos da forma y teje la ancestral artesanía del petate, elaborar este tapete le ha significado al menos dos o tres días, entre preparar la materia prima y el diseño, este producto probablemente se venda en el mercado de Las Luces, es decir la plaza central del municipio a un valor de $8.00 a $10.00 dólares.


Para Úrsula no hay cuestionamiento en el precio; para ella significó cuidar de sus hijos mientras trabajaba, canalizar la energía de sus ancestros a través de tus tejedoras manos y no permitir que la identidad muera. Como ella muchas personas tejedoras hay en el cantón y en otros lugares del país que encuentran es en esas habilidades sus formas de vida.


Mientras que otras, como Mercedes Monge en Santo Tomás en San Salvador, además de vincularse a la artesanía de tuza, trabaja en la seguridad alimentaria de su familia y comunidad y no solo a través de acompañar los cultivos en parcelas mayores sino también en huertos caseros o en la garantía de la gastronomía hogareña.
Según la organización de Naciones Unidas (ONU) “las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras.

Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades y ayudan a preparar a esas comunidades frente al cambio climático” En la ruralidad salvadoreña vive el 40% de la población y es un territorio con aprovechamiento primario, los alimentos de las ciudades vienen de esa zona, y no se contempla transformación urbanística a corto o mediano plazo (Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, 2016) sin embargo, es necesario destacar que la ruralidad es una condición holística y no está determinada por un espacio físico.


Las zonas rurales salvadoreñas son habitadas en su mayoría por mujeres y niñas, el reconocer el aporte que ellas hacen a la economía rural y a la seguridad alimentaria es imperante, como bien se señalaba, recientemente en la Tercera Semana del Desarrollo Territorial no se puede hablar de desarrollo sino se consideran la búsqueda de condiciones equitativas para hombres y mujeres, indistintamente su ubicación.


Hay variedad de emprendimientos en la ruralidad nacional que descansa en manos e ingenio de mujeres, para muestra el Programa de Desarrollo Empresarial Comunitario (PRODEC) de ASAPROSAR una organización de más de 40 años en el país que trabaja con la promoción humana y dirigido por la Dra. Vicky Guzmán, este programa alberga a más de 5 mil mujeres de la zona occidental del país, quienes no son sujetas de crédito de la banca tradicional, pero si de sus ahorros. Éstas forman colectivos solidarios y desde esos espacios gestionan y administran créditos para sus negocios familiares que van desde puestos en el mercado, tiendas, tortillerías, negocios de artesanías y otros que les han permitido como jefas de hogar satisfacer las necesidades básicas de su familias, incluyendo educación y en ocasiones hasta un techo. La mora es de menos del 2%
La ruralidad se lleva en la sangre, y es una expresión holística que incluye la espiritualidad, aun las mujeres citadinas que administran la casa y sin estipendio, o laboran fuera de ella tienen la vena de la ruralidad, muchas veces se manifiesta en su seducción por el patio y la jardinería como una forma de respuesta a la tierra.
Para comprender los territorios rurales y la ruralidad desde la visión de las mujeres es necesario remirar sus transformaciones, impulsar políticas públicas desde lo local y lo nacional que reconozcan a estas mujeres como tejedoras de identidad, sus aportes económicos, a la espiritualidad y al desarrollo comunitario.

Perfil profesional

Licda. Susana Barrera es periodista, experta en turismo rural y maestra en desarrollo.
Para asesoría en comunicación, Sistematización de experiencia, y turismo puede consultar al correo barreraponce@gmail.com

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