Conflicto en la UMOAR mata lentamente “la gallina de los huevos de oro”

Desde luego esta afrenta es tan sólo la punta del iceberg de una rivalidad histórica.

(ENN) El conflicto en la UMOAR parece no llegar a su fin. Este sábado ha trascendido que el campus universitario prácticamente fue tomado por un grupo de estudiantes que restringieron el ingreso del Ingeniero Santamaría Vaquero, quien presuntamente habría llegado a ocupar la silla del Rector Dr. Francisco Acosta, que días atrás tuvo que agarrar maletas e irse con la unidad de colecturía a sus labores en un Instituto Nacional del municipio de El Paraíso.

Más que soluciones a un conflicto de visiones e intereses en la UMOAR , se pintan nubarrones por todos lados; mientras los estudiantes con recelo cancelan sus matrículas y mensualidades ante la coexistencia de dos cuentas corrientes para la captación de fondos, aunque Rectoría ha hecho del conocimiento público la validez de una sola cuenta para depósitos.

Pese a que el desenlace no se ve a la vuelta de esquina, las máximas autoridades del Ministerio de Educación guardan un silencio sepulcral sobre un tema que está cansando a autoridades, Consejo Superior Universitario, comunidad estudiantil y padres de familia que están cayendo en desmotivación de haber puesto a estudiar a sus hijos en un centro educativo superior cuyo nombre Romero no logra abonar todavía el camino de paz y concordia que tanto se necesita.

“Verdadera lástima que una Universidad dedicada en otros años a la educación rural se esté desmoronando en su credibilidad por falta de acuerdos entre los que la dirigen; creo que esto ya hizo emigrar a varios alumnos hacia otro centro educativo; ojalá comprendan las partes involucradas que están matando la gallinita de los huevos de oro”, dijo un padre de familia que pidió anonimato.

Lo peor del caso que este conflicto está dividiendo a los mismos estudiantes universitarios; unos a favor del actual Rector y otros en su contra. El campus universitario se mantiene con presencia casi permanente de elementos de la Policía Nacional Civil, mientras los jueces, fiscales y delegados de Derechos Humanos han entrampado su labor en este conflicto que no da visos de solución pacífica.

Los tonos fuertes de la discusión aumentan temperatura en el campus universitario, ya que mientras las directrices encabezadas por el Rector Acosta acusan a los “ex empleados” de ser instigadores de la actual situación de inestabilidad, éstos le responden indignados y lo señalan de haberles violentado sus derechos laborales injustamente.

Desde luego esta afrenta es tan sólo la punta del iceberg de una rivalidad histórica. En la otra punta de esta “lucha por el poder” está la trinchera de las empresas proveedores de servicios a la UMOAR con pagos atrasados y sin señales de ser resueltos sus casos en el corto plazo lo cual les genera una espiral de impagos a empleados y colaboradores por falta de liquidez económica.

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