EL ADIOS

Tomás Andreu, «Huella Poética», sección dominical EN News

El peso del camino fue más liviano que tu alma.
Respiraste el vaho de todos los charcos y cada uno te dijo lo que ya sabías.
El polvo hirió tus ojos
y lloraste aprovechando la ocasión. Un día dijiste que tenías una coraza y se derritió bajo el sol.
Tenías la gallardía colgada en los ojos, pero cada paso hacía temblar tu corazón.
La noche te hizo conocer el viento y el cigarrillo en la mano
te hizo conocer su maldad.
De la soledad supiste que no es la compañía, sino la estancia.
Dijiste adiós a lo que sabías dar
y diste la espalda a lo que sabías amar.

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