NO ME ENCUENTRO
Y en la melancolía, bajo la oscuridad, entre copas,
en los golpes de la indiferencia, en la crisis a solas,
entre mis lágrimas llenas de furia frente a las olas;
ahí es donde el hombre en verdad conoce sus obras.
Me atrevo a decir que en ocasiones me desconozco…
Me desvelo frente al espejo y me busco…
y no me encuentro… Olvido como luzco.
Siento que no existo, no me deduzco.
Dejé de existir cuando permití que el odio me corrompiera
y el deseo de arrojarlo todo al vacío me inundara el alma,
entonces fue cuando batallé contra los demonios y sus tropas…
El verdadero hombre se enfrenta así mismo,
es insurgente y no se queda al borde del precipicio,
no escapa y se mantiene firme durante el sismo.