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“UPCYCLED ART”, DANDO UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD A LAS COSAS

Written by: Licda. Dacxilia S. Deras, Artista visual y escritora-colaboradora EN News

(EN NEWS) –Una manera de concientizar sobre el uso de las cosas es usando la creatividad para darles una segunda oportunidad, en ese sentido, el arte se lanza al rescate de los ecosistemas y abre las posibilidades por medio de la imaginación de poder hacer cosas maravillosas y que de paso lleven un gran mensaje sobre nuestro descuido y consumismo.

Actualmente dentro del arte contemporáneo encontramos una inimaginable variedad de intervenciones de objetos a los cuales se les busca una segunda opción de uso, podemos encontrar desde tapas de botella de plástico, sandalias o chanclas tiradas en la orilla de las playas, bolsas, llantas, botellas de cristal, hasta el uso de motores y electrodomésticos averiados.

En algunas ocasiones, el proceso creativo de la intervención de los objetos llega a tal grado que ya no puede decirse que ha sido solo un proceso de “reciclaje” si no; toda una obra maestra que al verla terminada deja muy lejos el origen nefasto de haber sido en algún momento “basura” para alguien.

El Upcycled Art viene a ser una bofetada para el consumismo que nos gobierna, y un medio original para decir: “El planeta Tierra necesita un respiro”. En todo este proceso han surgido dos corrientes, el Infrareciclaje y el Suprareciclaje.

En la primera se ralentiza el ciclo destructivo y los objetos resultantes pierden calidad durante el proceso, mientras que en la segunda adquieren valor gracias a la intervención de la creatividad y se le ha dado el nombre de —upcycled art o upcycling art en inglés— y ha evolucionado como todo un movimiento artístico.

*Puedo decir que ya la sociedad no podría vivir sin este tipo de arte

Como un paréntesis dentro de este articulo te diré, que en mis días de universidad allá por el año 2000, me encontraba cursando la materia de administración de empresas y en una de tantas tareas fue crear una sociedad de inicio a fin como trabajo de grupo, recuerdo que la construimos junto a mis compañeros y la llamamos “ABC Reciclajes”, la cual tenía como objetivo la recolección, procesamiento y segundo uso de las cosas.

Teníamos una idea muy clara de lo que queríamos hacer para esa tarea, sin embargo, si lo hubiéramos llevado con más visión fuera del aula de clases hoy en día seriamos sin exagerar una empresa muy consolidada. ¡Haber sabido!…

Bueno, volviendo al punto es que el hecho de que hoy exista un gran interés por dar a las cosas una segunda oportunidad no es del todo nuevo artísticamente hablando, resulta que hubo movimientos similares en otras épocas, por ejemplo, están los collages realizados por Pablo Picasso o George Braque con restos de periódicos o revistas a principios del siglo XX o, que tal, las obras pertenecientes a corrientes como el Pop Art, el Trash Art o el Drap Art.

Pero el concepto en sí nace en 2002 cuando William McDonough y Michael Braungart otorgan una definición al upcycling en su libro “De la cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas”.
El upcycled art es una técnica que exige del artista horas y horas de exploración y experimentación sobre los materiales y sus posibilidades, y tiempo para recolectar los residuos.

Sin embargo, los resultados suelen ser obras impactantes en las que la imaginación y la creatividad parecen no conocer el límite. Los creadores que apuestan por este tipo de arte sostenible, también conocidos como upcyclers, son tendencia en la actualidad y entre ellos destacan los siguientes:

  • Yuken Teruya, un artista de origen japonés que basa su obra en el uso de materiales como rollos de papel higiénico, bolsas de papel y crisálidas de mariposas para reflejar la vida de su tierra natal, Okinawa.
  • Gerhard Bär, un diseñador alemán que lleva más de 20 años creando objetos de arte y de uso cotidiano a partir de basura plástica. En su obra convergen la estética, la ecología y la responsabilidad social.
  • Wim Delvoye, artista conceptual belga que trabaja con neumáticos usados. Sin modificar la estructura de la rueda esculpe figuras inspiradas en elementos de la naturaleza como flores y plantas.
  • Oscar Pérez, un escultor salvadoreño que trabaja con residuos de electrodomésticos para crear maquetas de ciudades flotantes y distopías dentro de un concepto muy amplio, versátil y futurista.

Pero no solo están los artistas de trayectoria, también los hay muy jóvenes que se están integrando a este movimiento con ideas de peso como lo es Aristide Kouame un artista de Costa de Marfil que recoge chanclas y otros desechos que el mar arrastra hasta la playa de Abidjan y las transforma en valiosos cuadros.

Pero eso no acaba allí, es decir, sí es verdad, que podemos mencionar algunos de los beneficios para el medio ambiente del arte reciclado, por ejemplo, su contribución al aprovechamiento y la extensión de la vida útil de los materiales y, como consecuencia de esto, a la disminución del número de residuos.

Sin embargo, me pregunto si eso es todo lo que debemos considerar, como artistas, deberíamos hacernos algunas preguntas antes de afrontar el reto: ¿el consumo energético para crear la obra será excesivo?, ¿los materiales a utilizar son realmente residuos?, ¿qué porcentaje de mi obra estará compuesta por residuos?, ¿la obra aportará un beneficio ambiental? ¿Qué mensaje ecológico estoy dando realmente?

El consumidor de este tipo de arte no solo lo hace porque las encuentre muy particulares y únicas por su valor artístico, sino que además está contribuyendo al bienestar del planeta al darle una segunda vida a un material que de otra forma no la tendría. Este movimiento también es una herramienta educativa muy interesante para concienciar a la sociedad, sobre todo a los niños, sobre las consecuencias de nuestros actos en el entorno y la importancia de reciclar.

Comencemos el ciclo de ese proceso de desaprender malos hábitos a través del arte reciclado, así como de enseñar de manera no solo como un pasatiempo, si no, como algo cultural el hecho de cuidar nuestro entorno, ser menos consumistas y mas consientes de las consecuencias del exceso de cosas que solo usamos una vez. ¿Será que todos nos convertiremos en artistas del upcycling para afrontarlo?, esa no es la única solución.

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