LIBROS DIGITALES VERSUS LIBROS FÍSICOS

 

Sin duda este es un dilema entre los lectores, académicos y bibliografos actuales

Lic. Juan Herrera, para «Arte & Literatura», sección sabatina
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¿Quién no se ha deleitado leer a Don Quijote, un gran señorón con aires y dotes de comediante y al mismo tiempo valiente arribista?, ¿quién acaso no se ha sumergido en la historia de Romeo y de Julieta quienes ante las huestes del destino forjaron un universo paralelo de desafíos y ensueños?, todos hemos disfrutado novelas históricas, los chistes de Condorito, por ejemplo, un Almanaque Bristol, Fahrenheit 451 por ejemplo, podemos leerla digital y físicamente,
En fin, la literatura es rica en gustos, y para gustos opciones.

Libros han existido desde la antigüedad, desde la época egipcia en forma de papiros, códices antiguos y vetustos, de todas aquellas estanterías llenas de mucho conocimiento enriquecedor, desde pequeños de bolsillo hasta aquellos que pesan más que la conciencia, muy útiles al escolar que diseña su futuro en algún paraninfo educativo, y que sirve de camino a todo aquel académico que desee trasladarse un portal de conocimiento.

La tecnología es evolutiva y sus avances son espantosamente increíbles, eso lo demuestran los dispositivos móviles que almacenan cientos de miles de megabytes, para alojar información que esporádicamente obtenemos, como galería, documentos, videos, y los famosos documentos en pdf; verbigracia.

Se ha dejado atrás los trabajos en documentos realizados a mano y se ha facilitado la edición de los mismos, vía computador, no es novedad entonces que la comodidad y beneficios son evidentes, y entonces, ¿cuál es la diferencia entre un libro en físico y uno convertido en PDF en lo que se refiere éste artículo?

Un libro en PDF, o ya sea en cualquier formato digital, es pues un libro digital a secas, y puede ser descargado de cualquier dispositivo siempre y cuando existan permisos (hay unos de descarga libre y otros con licencia dependiendo el área).

Existen editoriales que ya tienen esforzadamente convenios con tiendas como Amazon, en donde muchos eruditos de las letras, académicos, investigadores y escritores han plasmado su pluma y sus investigaciones.

Con esto también se puede llegar a más público extranjero porque la era virtual ha unido las distancias; muchos ven esto como un gran alivio, claro que el cargar el peso de cinco enciclopedias de planos cartográficos diciéndolo a manera sarcástica pero puntual, es bastante complicado cuando digitalmente podríamos tener libros de mil páginas cada uno.

En este sentido, he recibido posiciones en contra que no se hicieron esperar, aunque también otros a favor; por un lado, es evidente la incomodidad de una cierta parte de lectores que aseveran el cansancio del globo ocular de las pupilas de los ojos a la hora de estar pegado más de tres horas so pena de ser interrumpidos, en el dispositivo móvil, y diciendo algo mínimo, ahora bien, es evidente el costo que siempre ha tenido un buen libro.

Escasamente hay una venta modesta de libros exóticos y bastante históricos en cualquier conglomerado urbano, por ello el costo de su obtención asciende, y es que la búsqueda muchas veces acarrea una buena inversión pecuniaria.

Escasamente hay ventas de libros usados, y si los hay, son bastante demandados por aficionados y población Universitaria como poner un ejemplo, y a manera decepcionante, la mayoría de librerías almacenan libros más comunes y conocidos.

Las más gigantescas muchas veces no tienen libros de los que fácilmente podemos encontrar en internet, probablemente por su rápido agotamiento u otras causas.

Prácticamente, para gustos los colores, y muchos preferimos los libros en físico, porque se disfrutan en una manera tan afectiva como cuando un pirata osado ha obtenido un tesoro producto de una batalla ganada y arriesgada, entonces los libros en físico se pueden leer a cualquier grado de temperatura, locación y efusivamente donde sea.

Sin embargo, hay que reconocer asombrosamente que un libro digital nos ha sacado de apuros, y en los últimos años, con los efectos de la pandemia muchas bibliotecas estuvieron cerradas y cualquier trabajo escolar o académico – científico fue siempre solventado con una lluvia de libros digitales.

Pero es un sentir que deben seguirse las instrucciones del médico a la hora de exponerse demasiado a un dispositivo para proteger la vista de cualquier afectación posterior, puede considerarse que los retos de la sociedad globalizada actual son constantemente demandantes, y ahora que tenemos las dos opciones, podemos disfrutar de un buen libro ameno como nos plazca de la manera cómoda que queramos.

[Lic. Juan Herrera
Profesional del Derecho, Escritor e Investigador.-
Derechos reservados del autor].

Licenciada Dacxilia Deras, Directora Sección Arte y Literatura, El Norteño News

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