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A 22 años del terremoto del 13 de enero de 2001

(EN NEWS) – El terremoto del 13 de enero de 2001 ha sido uno de los desastres más grandes en la historia del país, que los salvadoreños aún recuerdan con tristeza y dolor. Ocurrió a las 11:33 a.m., con una magnitud de 7.7 (Mw), a una profundidad de 60 km y con epicentro frente a la costa de Usulután.

Tuvo intensidades entre V y VIII en la escala de Mercalli Modificada en el territorio salvadoreño y su origen se atribuye al choque de las placas tectónicas Coco y Caribe.

 

Sus efectos se hicieron sentir en la economía, la sociedad y el medio ambiente. Gran número de viviendas, carreteras, caminos y otras estructuras fueron dañados o destruidos. A pocas horas del desastre se declaró Estado de Emergencia Nacional.

 

Según evaluaciones realizadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los daños y pérdidas ocasionadas por el terremoto fueron estimados en 1,255.4 millones de dólares.

 

Ocurrieron numerosos deslizamientos o derrumbes, siendo el de mayor impacto el ocurrido en colonia Las Colinas, en Santa Tecla. Fuentes oficiales reportaron que a nivel nacional fallecieron 944 personas; 1,155 edificios públicos resultaron dañados; 108,261 viviendas fueron destruidas y 19 hospitales dañados.

 

Durante los terremotos del 2001, la oficina encargada del monitoreo sísmico era el Centro de Investigaciones Geotécnicas (CIG) del Ministerio de Obras Públicas, que se encontraba en proceso de cierre. Solamente siete estaciones sísmicas y 16 estaciones acelerográficas estaban funcionando.

 

La ayuda para el terremoto se la robó Francisco Flores

Durante los fatídicos terremotos del 13 de enero y 13 de febrero del 2001, gobernaba El Salvador, Francisco Guillermo Flores Pérez bajo la bandera de ARENA. Tras el trágico hecho, Flores recibió ayuda internacional, entre ellos Taiwán, quien habría donado 10 millones de dólares para los damnificados.

Esa ayuda internacional que los salvadoreños recibirían tras haber perdido todo lo que tenían, durmiendo en la calle, sin nada que comer, nunca llegó a ellos, pero sí a las cuentas del partido ARENA que utilizarían en la campaña electoral más próxima.