“Es posible ser feliz con cosas simples”: René Girón

(EN NEWS) – En El Salvador, uno de los referentes del movimiento costumbrista es René de Jesús Girón. Este artista plástico, de 64 años, ha plasmado en sus obras la belleza de las costumbres de los pueblos como las vigilias, procesiones, toritos pintos, las ferias, la vida en la campiña salvadoreña.

Hasta observar un grupo de personas resguardarse de la lluvia bajo el tejado. Esas estampas que pasan desapercibidas por la cotidianidad no logran ocultarse de la mirada curiosa ni del pincel de René Girón.

 

“Diría que no soy como el que toma moda, no sigo modas extranjeras de corrientes artísticas; yo tengo lo mío y punto. Trato de transmitir a la gente un mensaje tranquilo, de paz y trato de decirles a través de mi obra que es posible ser feliz con cosas simples, que no necesitamos grandes cosas”, comenta el artista.

Esa concepción de la vida la aprendió desde su niñez, en su natal Chinameca, de San Miguel. Sus primeros trazos se plasmaron en el revés de las páginas del calendario a punta de carbón; en sus años de escuela se ganó la fama de ser un buen dibujante y cuando tenía 11 años lo animaron a participar en un concurso nacional de pintura.

 

“Me dieron colores y témperas, pinté un cuadro sobre una Navidad, pero San José y la Virgen eran campesinos, al interior de una casa de adobe. Resulté ganador, el primer lugar en el país, me dieron muchas cosas, pero entre eso una beca para estudiar con el maestro Valero Lecha, en San Salvador”, recuerda Girón.

El niño de campo se mudó a la capital con unos familiares. Allí alternaba sus estudios académicos con la pintura de la mano de dos grandes precursores del arte.

 

“El maestro Valero Lecha era muy rígido, pero valía la pena. Julia Díaz fue muy importante, ella me enseñó a pintar óleo, preparar lienzo, dibujo al carboncillo, todas las técnicas y la esencia real del impresionismo. De los dos tomé muchas enseñanzas importantes”, apunta.

Por cosas del destino, Girón fue exiliado a España en los años ochenta, donde continuó sus estudios en la Facultad de Bellas Artes, país donde también participó en algunas exposiciones. Desde hace 10 años comparte sus conocimientos en la Casa de la Cultura de Nueva Guadalupe, en San Miguel.

 

“Me encanta enseñar y compartir con la gente lo que sé; los sábados por la mañana vienen personas adultas procedentes de Santiago de María, Chapeltique, San Miguel, les enseño pintura y carbón los miércoles, y viernes por las tardes es para los niños”, mencionó el artista.

Entre sus obras más recientes está “Vigilia por El Salvador con Rutilio Grande”; el cuadro ahora forma parte de una pinacoteca nacional y del activo fijo del Ministerio de Cultura.

 

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