Redacción: Francisco Sura
(EN News) — El 22 de noviembre de 1963 marcó un antes y un después en la historia de Estados Unidos, con el asesinato de John Fitzgerald Kennedy en Dallas. Este trágico suceso catapultó al presidente más joven de la nación a la categorÃa de icono polÃtico, eclipsando sus logros y generando un mito que perdura seis décadas después.
Nadie anticipaba que aquel dÃa fatÃdico serÃa el último discurso de Kennedy. Su llegada a la Plaza Dealey, seguida por el trágico desenlace en la calle Elm, dejó al mundo atónito. El informe de los hechos revela la desgarradora exclamación de Jackie Kennedy, cuya imagen con el traje rosa ensangrentado se convirtió en un sÃmbolo universal. Con menos de tres años en el cargo, la muerte de Kennedy lo transformó instantáneamente en un mito imborrable.
Con tan solo 46 años, JFK fue asesinado por Lee Harvey Oswald, según la teorÃa ampliamente aceptada. Su pérdida apagó la luz de un hombre destinado a trascender sus logros. Nacido en 1917 en Massachusetts, segundo hijo de Joe Kennedy, John superó obstáculos y se convirtió en un lÃder carismático y atractivo. Su viaje a Europa despertó su interés por la polÃtica, marcando el inicio de su ascenso.
La transformación de un joven con salud frágil y modesto rendimiento académico en un héroe de guerra y polÃtico respetado fue impulsada por su padre, Joe. Su matrimonio con Jacqueline Lee Bouvier no solo consolidó una unión glamurosa, sino que también se convirtió en un activo polÃtico. La pareja, joven, atractiva e inteligente, personificaba el sueño americano hasta que una bala en Dallas selló su destino, convirtiendo a Kennedy en un mito eterno.