Redacción: Francisco Sura

(EN News) —Rosa Mélida Méndez, residente en el Pasaje Campos en la calle al volcán, en San Salvador es una ejemplar vendedora de pan que a sus 79 años no logra dejar su trabajo por su imperante necesidad económica.

Tiene dos hijos mayores que brillan por su ausencia y una última descendiente con problemas de salud que a ella le toca sostener. A pesar de esta amarga realidad, doña Rosa Mélida sigue endulzando los días de su vida vendiendo pan dulce en vías públicas, especialmente en la 75 Avenida Norte en la capital.
La situación económica de doña Rosa es preocupante: por cada dólar que vende, apenas gana $0.35 centavos. Incluso cuando logra ventas de $20, su ganancia se traduce en $7.

Esta situación pone de manifiesto la difícil realidad económica que enfrenta esta humilde señora. Su historia viviente es un llamado a la solidaridad de la sociedad y, potencialmente, a la intervención gubernamental.

La comunidad, conmovida por la tenacidad de doña Rosa, podría considerar apoyar su negocio comprando pan de manera regular. Además, es prioridad que las autoridades gubernamentales examinen esta situación para determinar si existen medidas de apoyo disponibles. El sacrificio de doña Rosa no solo es una inspiración, sino también un recordatorio de la importancia de brindar apoyo a aquellos que han esforzado toda una vida por la sobrevivencia.

En un mundo que a menudo olvida a sus héroes locales, es imperativo que la historia de Rosa Melida Méndez no solo se comparta, sino que también se traduzca en acciones concretas. Su pasión por el pan merece reconocimiento y apoyo, recordándonos a todos que la comunidad y el gobierno pueden desempeñar un papel vital en el respaldo a aquellos que han dedicado su vida al bienestar de los demás.