Redacción: Abigail Rivera

(EN News)- Debido a los recientes casos de homicidio relacionados con grupos pandilleriles en algunos distritos de Chalatenango, la Policía Nacional Civil (PNC) ha implementado un cerco militar, desplazándose así 5,000 elementos de la Fuerza Armada y cerca de 1,000 policías quienes se están encargando de encontrar y capturar para poner a disposición de las leyes a aquellos miembros de estructuras criminales y terrorismo que han quedado dispersos en el departamento.

Los elementos ya se encuentran desplazados en busca de reductos de malhechores en los municipios de Potonico, San Isidro Labrador, San José Cancasque y San Antonio Los Ranchos, esto con el principal objetivo de erradicar la clica de la pandilla 18 sureños que delinque en dichos sectores.

Para lograr el propósito también se cuenta con el aporte de las Fuerzas Especiales, Inteligencia e Investigaciones y las Unidades Especializadas de Policía Canina para operar en los lugares donde se distribuyen drogas u otras sustancias tóxicas. Al mismo tiempo, los agentes verifican casa por casa que no haya delincuentes escondidos o que haya casas abandonadas usurpadas por criminales.

Las autoridades, señalaron que la noche de este domingo, lograron capturar a dos jóvenes que conforme con las investigaciones principales, fueron los encargados de disparar contra Eder Rodríguez Flores Velasco y Víctor Manuel Rivas, quienes perdieron la vida el pasado 18 y 22 de marzo a manos de la estructura criminal conocidos como “Los Justicieros” una pequeña extensión de la pandilla 18S.

Los agentes policiales afirman que los imputados serán puestos a disposición judicial para que reciban el castigo conforme a la ley por los crímenes cometidos en contra de Velasco y Rivas. Añadieron que esperan que en las próximas horas se dé con más miembros de esta pandilla quienes serán enviados a prisión por los delitos que hayan cometido.

El cerco no tiene un tiempo definido, pero se cree que estará vigente hasta lograr capturar a aquellos reductos pandilleriles que siembran temor y zozobra en la vida de los chalatecos, logrando así mantener la paz y la tranquilidad en el lugar.