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TALENTO DE LA MUJER TRAS EL VELO DE LA INVISIBILIDAD

Marina Sigüenza, Sección
Arte & Literaria, EN News

Qué difícil camino le ha tocado a la mujer recorrer, para poder alcanzar un peldaño en el tiempo, en el espacio y la sociedad; un camino difícil pedregoso, pero ha tenido la valentía de seguir con paciencia, lenta pero segura de ir abriendo la brecha para dejar de ser solo ama de casa, cuidadora de los bienes familiares, dejar de ser la sin derechos, la del silencio, de la invisibilidad.

En la que por tantos siglos la mujer sometida al mandato de padres, hermanos y esposos, se ha visto forzada; hasta que un alto en el camino paralelo permite, que el camino tenga sendas, veredas por donde siga en busca del respeto a sus derechos igualitarios al hombre, y ganarse ese rol productivo en la sociedad.

No ha sido tarea fácil por no tener la libertad de actuar, no se ha conformado con el dictamen de la cultura que la obliga a mantenerse aislada, haciendo lo que le impongan, enfrentarse al odio de género, a la misoginia, a ideologías malsanas, haciéndola inferior al hombre. Para la mujer ha significado un reto que vencer en la lucha por lograr una posición digna.

Silencioso protagonismo.
Contando como mano de obra barata en la historia universal, ha jugado un papel de musa-objeto artístico, imprescindible para los mayores protagonistas del arte plástico y escultórico, como ajena a la literatura marcada por la desconfianza y el desprecio.

La capacidad de la mujer fue escondida, camuflajeada por los hombres de su rededor inclusive sus tutores o maestros. En tanto, la devaluación que ha sufrido la mujer en el arte plástico ha sido notable, cuando se sabía que una obra había sido pintada por una mujer no tenía el mismo valor monetario como lo era al ser pintada por un hombre; por eso dichos trabajos eran atribuidos a hombres de su entorno, pintores ya conocidos.

Se ha encontrado a lo largo de la tiempo, que muchas de las pinturas de más calidad, escondidas e invisibilizadas han sido pintadas por mujeres, como le pasó a Sofosnisba de Angissola, pintora italiana considerada la primera mujer pintora del Renacimiento, estableció nuevas reglas en el ámbito del retrato femenino, convirtiéndose en referente para la historia.

Fue en una exposición del Museo de Prado en 1990, donde hicieron un estudio en las pinturas a exponer del pintor Pantoja de la Cruz, y se dieron cuenta que la firma de Sofonisba estaba cubierta, fue entonces que descubrieron el legado pictórico de esta importante artista del Renacimiento.

Encontramos a “La Décima Musa” llamada así por Platón a Safo. Su obra fue quemada por el Papa Gregorio VII.
Safo de Lesbos, al morir su padre, se convierte en la cabeza del negocio familiar. Porque “no solo de poemas y danzas vive la mujer”, quién inspiró la palabra “lesbianismo”, fue desterrada.

En Siracusa Pitaco le perdonó la vida. Ya muy rica en conocimiento cultural tiene la oportunidad de regresar a Lesbos y Mitilene, y es ahí cuando empieza su carrera como maestra, escritora, canto, danza y poeta, enseñó a mujeres jóvenes y fue en este tiempo que el Papa Gregorio quemó sus manuscritos por “inmorales y pecaminosos”.

A esta poeta se le recuerda por creer que fue lesbiana y no por la riqueza de su poesía ni porque fue una maestra que enseñó arte a tantas jovencitas. Ignorada y discriminada Safo pasó a la historia, como un mito por su vida sexual escandalosa.

Las mujeres de color a pesar de estar ausentes de las artes, la historia reclama a una escritora, la primera escritora afro, esclava vendida a los 7 años. Entre 1758-60 Phillis Wheatley, publicó su primer libro titulado “Poemas sobre varios asuntos” escritos en una lengua diferente a la suya, era inconcebible que una mujer negra tuviera el talento para escribir como ella lo hacía, por lo que fue sometida a un tribunal de 18 jueces, hombres de toga y peluca; recitó textos de Virgilio y Milton, pasajes de la Biblia, juzgada juró que sus poemas eran de su autoría.

Sometida a un riguroso y largo examen que aprobó, el tribunal la acepto: mujer negra, era esclava, pero era mujer escritora y poeta.

Pocas mujeres han sido reconocidas como dramaturgas, pero tenemos a Sor Juana de la Cruz, considerada la primera mujer dramaturga contemporánea. por tener pocas oportunidades en un mundo para hombres a los 6 años quería ir a la universidad vestida de hombre, no pudo, y se refugió en la biblioteca de su abuelo, que, a pesar de los castigos, leyó todos los libros que tenía su abuelo.

Sor Juana de la Cruz erudita, de brillante inteligencia, se convierte en monja pues, así tenía la oportunidad de aprender, de estudiar y además por no estar de acuerdo con el matrimonio a lo que ella no estaba dispuesta a someterse. Preferiría el silencio de sus libros y no convertirse en esposa y madre, una situación obligatoria por ser mujer.

El resurgimiento de la mujer, de la oscuridad a la luz del arte.
Es así como la mujer se ha venido abriendo brecha, para resaltar con su arte, para mostrar su talento, lo que ha significado ser mujer desde el siglo XII al siglo XXI.

Hoy, difícil todavía, pero ya se ha marcado el camino para que la mujer en cualquier ámbito de la vida: social, económica y artística, puede aparecer con libertad o mayor libertad que antes, tiene esa lucha de género, de equidad, pero legados como los que hemos expuesto son una llama amarilla de esperanza, que llegará a hacer luz blanca en el momento que la mujer sea reconocida por su labor, por su trabajo, por su talento, como persona y como artista.De lo invisible a lo visible.

[Marina Sigüenza Escritora y Gestora Cultural El Salvador]

((Sección Atte & Literatura bajo la dirección de Dacxilia Deras poeta y artista visual El Salvador))