MADRE, NO SOLO HAY UNA

Por Julio Rodríguez / Periodista en colaboración para EN News

“En mi vida – hasta el día de hoy – he convivido con mujeres que han marcado mi existencia y cada tramo vivido, sin ellas, no sería lo que soy, aun cuando de una, ni si quiera recuerdo su rostro, su sonrisa, su voz e incluso sus besos. Mi madre. ¡Sí! Mi mamá, la que me llevó en su vientre y me amamantó, la que se sintió orgullosa de mi, que me protegió y arrulló en su pecho a sus escasos diecisiete años de edad” le dijo el hombre al Maestro que le escuchaba con amorosa atención el relato.

“Imaginó a veces cuan orgullosa se sentiría de mí el único que sobrevivió de los hijos que tuvo, una niña antes y otra después de mí y que, cuando volvió a la casa del Padre, yo apenas tenía seis años de edad y otra mujer supo tomar el relevo y vaya que lo hizo muy bien. Quien también se fue hace alguno años” continuó su narrativa y personalizó la plática diciendo “creo que tú las escogiste para hacer un gran trabajo de una obra de carpintería que habías comenzado” una sonrisa leve y cómplice se dibujó en el rostro de Carpintero de Nazareth.

Ambos estaban sentados en una banca del Taller que dirige el Maestro, quien se acercó más al hombre, le abrazó y le susurró “siempre han estado allí, tu mamá, tu abuela y las que han cuidado de ti en los momentos difíciles cuando has tomado decisiones por tu cuenta, te viniste abajo y te ayudaron a levantarte y que sí las he seleccionado yo” dijo el Carpintero “¡Sí ellas en las que estás pensando!” le bromeó el Maestro alborotando el cabello del hombre que esta vez se puso reflexivo para sí mismo y pensó.

“Ahora mismo, como yo, hay quienes piensan en la madre que los amó y les ama de manera incondicional; y también quienes la perdieron a tierna edad; los que las vieron marcharse a otro hogar; los que se quedaron solos con ella; los que las vieron marcharse del país y la aman a distancia y nunca les han dejado solos; y de ellas, se puede mencionar a las madres que viven con pasión su responsabilidad; las que lo fueron por minutos, horas, días, meses o años y vieron fallecer a sus hijos por una enfermedad, accidente o desaparecidos; las que son madres solo el pensamiento porque son estériles; las que no pueden verlos por razones legales o de separación; y tantos casos.

Como sea es el Señor es quien nos envía las madres que tenemos, no las escogemos y ellas tampoco. Simplemente se trata de entender a la luz de la voluntad de Dios, cual es la circunstancia de cada quien y vivir conforme a la propuesta del Señor, Él se encargará de mostrarnos el propósito de nuestro caso” se dijo y respiró profundo con una Paz en su alma que supera todo entendimiento.

El hombre cerró los ojos y agradeció al cielo y se fue, tenía una cita y un desayuno en el “Día de la Madre” con una gran mamá.

¡Felicidades mujeres madres naturales, de crianza y de pensamientos por hijos que llegaron y se fueron, o de los que nunca llegaron!

San Salvador, 10 de mayo 2023

(Iniciativa 3: Periodismo Social, Fe y Actitud)

 

 

 

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